Es una repostería que se dedica a distintas actividades. Por un lado cocina masitas y postres deliciosos para cualquier tipo de acontecimiento, como también ofrece desayuno, almuerzo y cena para eventos a través de un servicio de catering.

Solange Amusquivar Muñoz, propietaria de este negocio nos explicó que antes de este emprendimiento ella se dedicaba enteramente en la universidad, debido a que al ser becaria en esa institución tenía que trabajabar en las diferentes áreas de esta y cumplir sus obligaciones de estudiante.

Al mismo tiempo, la repostería es un gusto que comparte con su familia, que promobió una serie de pruebas vendiendo porciones de torta en Villa Fátima. Durante la pandemia con mayor disposición y manteniendo el gusto a la hacia esta actividad, Solange con su familia decidió ingresar oficialmente al mercado vendiendo sus deliciosas creaciones a pedido.

El mayor reto que tuvo la propietaria de esta nueva repostería fue ganarse la confianza de la gente, debido a que normalmente esta va a comprar cosas que son conocidas y no se fía mucho de productos nuevos.

Finalmente el consejo que Solange transmite a todos los emprendedores bolivianos es el siguiente:

“Sin duda es alguna de las cosas que nos frenan siempre es el miedo. El miedo al que diran o que no nos vaya tan bien como esperamos, pero como finalmente como podemos saberlo si no lo intentamos. Si tienen ganas de hacer algo haganlo, animense y vean que pasa, porque los resultados pueden ser sorprendentes”